8 de marzo de 2020
Próximo a Celebrarse el 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer, hago llegar nuevamente mi saludo a todas las mujeres que forman parte de las Comunidades Educativas de nuestra Arquidiócesis.
Es mi deseo que hagamos, como escuela, de esta conmemoración, una oportunidad educativa. Esta celebración nos tiene que motivar a todos, no sólo a defender los derechos de las mujeres, sino también a comprometernos en el ejercicio de las responsabilidades que ello conlleva; de tal manera que en nuestra sociedad se vea reflejada la inconmensurable belleza de lo femenino con la que el Creador la ha engalanado.
Oportunidad para educar, recordando que toda dignidad humana, y en este caso la de la mujer, parte de la condición de persona que nos hace seres relacionales en busca de un mismo objetivo de vida: nuestra realización y plenitud, en tanto que nos pone en el camino del encuentro con Aquel que es la eterna felicidad.
Oportunidad para recordar la importancia que tiene la presencia de la mujer en todos los ámbitos de la vida social y eclesial, para analizar aquellas situaciones en las que esa dignidad no se encuentra debidamente respetada.
Es una oportunidad para expresar el repudio a todas las aberraciones de nuestro tiempo que siguen atentando a la dignidad de la mujer: la trata, la violencia, la discriminación laboral, el abuso, el maltrato, la injusticia social, los estereotipos basados en lo corporal, las concepciones que restringen una visión integral de quién es –entre otras-.
Como afirmé en otra ocasión, la toma de conciencia no debe ser sólo una declamación teórica, sino el compromiso de toda una sociedad: en nuestro caso, como comunidad educativa debemos involucrarnos a vivir comunionalmente este desafío.
El día 8 de marzo, en Luján, la Iglesia argentina se unirá en oración por las mujeres, aclamando con fuerza “Sí a las mujeres, Sí a la vida”. Convoco a que todos nos unamos en la oración con la intención de promover el respeto de la dignidad de las mujeres y la defensa de toda vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural.
Que María, modelo de toda mujer, interceda por todas ustedes para que en este día puedan “…descubrir el significado pleno de su femineidad y, de esta manera, disponerse al «don sincero de sí misma» a los demás, y de este modo encontrarse a sí misma.”
Pbro. JOSÉ LUIS AYALA
Delegado Episcopal para la Educación
Arzobispado de Santa Fe de la Vera Cruz